martes, 19 de mayo de 2009

El bien y el mal

Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo.
Albert Camus

Todo hecho tiene unas consecuencias; y son casi siempre estas consecuencias las que determinan si hemos de hacer o de dejar de hacer ciertas cosas. El si las cosas están bien o mal ha quedado en un segundo plano para traer al frente si lo que hagamos nos beneficia o nos perjudica. Vivimos en un pragmatismo demasiado exagerado.

Los valores sobre el bien y el mal han sido relegados, descendidos de categoría. La conciencia parece residir en el bienestar individual, siendo el bienestar colectivo más una consecuencia del nuestro propio, no viceversa. Sentirnos bien está dejando de ser una cuestión ética para convertirse en una hedónica.

Pero no se trata sólo de tener unos valores. Los valores llevados al extremo, es decir, convertirse el fanático de unos valores ya pre-establecidos como puede ser la ética que proporciona una religión, también nos ciegan y nos idiotizan.

Probablemente la mejor manera de decidir sobre si algo es bueno o malo es aplicándonoslo sobre nosotros mismos.

3 comentarios:

  1. Los parámetros sociales son los que arman el resumen de nuestras éticas. En base a eso hacemos nuestras elecciones.

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  2. Exacto. Nuestra ética parte del afuera, de lo que nos rodea.

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  3. ...difiero...
    la sociedad condiciona, pero no determina.

    En el silencio interior uno vulve a ser uno mismo y encuentra la etica más justa.

    Lo que hace nuestra cultura (urbana) es ruido. Es por eso (entiendo yo) que hay tanta confusión, desinformación y dolor en el mundo.

    Gracias por las reflexiones, domador.

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